CacerÃa Ibex Kirguistan
Cadena Montañosa: Montañas Tian Shan
Zona: Cementi
Altura: 4001 - 4500
Organizador: Becks Hunting
Juan Ruiz de Velasco Treviño
11 de septiembre
Quedamos los 3 en la T1 para facturar el equipaje y los rifles que tardaron más de la cuenta y tuvimos que ir con algo de prisa a la puerta de embarque para volar a Estambul.
Cuando llegamos a Estambul esperando a nuestro próximo vuelo pedimos unas cervezas, que para nuestra sorpresa, costaron 20€ cada una.
12 de septiembre
Una vez llegados a Bishkek de madrugada y después de habernos quitado la gestión de los rifles y la munición tuvimos 9h de coche hasta el campamento. Paramos dos veces en el trayecto, una para desayunar y otra en un supermercado para comprar bebidas y chocolate.
Al llegar al campamento, nos comentan que descansemos y que en unas horas probaríamos los rifles. Pusieron una diana a 200m. Ajustes mínimos en la torreta del leupold y a cenar. En el mismo campamento, nos encontramos con un cazador alemán que había cazado su ibex ese mismo día. Se había abierto la frente con el retroceso del tiro.
13 de septiembre
Primer día de caza. Subimos al amanecer una hora y media a caballo hasta que llegamos a un alto donde, con la primera luz, divisábamos bastante terreno.
Desde el alto, localizamos un grupo de íbices a unos 3km y entonces fue cuando los guías empezaron a planear la estrategia de caza. La cual consistía en hacer un rodeo a caballo, subir hasta arriba del todo de aquella montaña para poder entrarles desde arriba.
El día amanecía con frío, soleado y con 0 viento. A la vez que nos encaminábamos para poder entrar a aquellos íbices disfrutábamos de las grandes vistas que nos ofrecía la cordillera del Tian Shan esa mañana. A nuestra espalda se divisaba el pico Koroleva de 5.815 metros de altura, a nuestra derecha otro imponente pico con algún nevero hacía de frontera con China. Mientras bajábamos hacia el río principal, un grupo de marcos polos nos sorprendió a unos 400m. La mayoría hembras y algún macho joven.
Llegamos al río y dejamos que los caballos bebiesen agua y recobrasen fuerza, ya que aún quedaba un largo camino hasta la zona donde se encontraban los íbices. En la orilla del rio vimos varias carcasas de Marco Polo y una de Ibex, las cuales te recordaban lo inhóspito que podía llegar a ser el el clima en esas montañas o la propia naturaleza haciendo su trabajo, ya que podrían haber sido cazados y comidos por lobos o el leopardo de las nieves.
Seguimos a caballo dos horas y media hasta que empezamos a subir por detrás de la ladera donde habíamos visto los íbices horas antes. Los guías intuían que se habían echado y que seguirían ahí.
Otra hora más subiendo e impresionado por la fuerza y agilidad de los caballos. Hasta que a 4.200m de altura, despacio, nos bajamos de los caballos para asomarnos hacia abajo y ver si los íbices seguían ahí. Al asomarnos, localizamos un rebaño de Marco Polos a escasos 100m de nosotros pero ni rastro de los íbices. De nuevo encima de los caballos ya que estos estaban más arriba.
Cresteando, llegamos a un punto donde nos dividimos, por un lado Mariano y Yago se quedaron dominando un paso que tenían los íbices y yo junto con el guía y el traductor seguimos para dominar otro que estaba más arriba.
Subimos unos 300m más de desnivel donde dejamos a Yago y Mariano. Esta vez para llegar a dominar el paso al que necesitábamos llegar decidimos hacerlo andando. Bajamos por una pala con grava suelta para llegar a unas peñas y así dominar un testero. Cuando estábamos en posición, el guía, con la ayuda del traductor, me decía que más abajo estaban entrando a los íbices y que en cuanto tirasen vendrían por las veredas que dominábamos. Recuperé el aire, me preparé y a esperar…
El guía insistía en que me colocase a su derecha y por cabezonería me puse a su derecha pero estaba más incómodo. Entonces le dije que no, y cuando me estaba volviendo a mi sitio inicial escuchamos el tiro de Yago y al minuto otro tiro…
Ya preparado, tumbado y apoyado con el harris del rifle a los pocos minutos del tiro veo venir un ibex solo corriendo hacia nuestra dirección, aviso al guía y al traductor. Mido la distancia, 300m…seguía acercándose así que le dejamos cumplir…200m y aún creía que podía apurar un poco más. Como referencia tenia unas pequeñas piedras a 150m a la cuales iba directo así que le metí en el visor y le estuve siguiendo hasta que llegó a esas rocas donde se paró de frente. Estando nosotros por encima de él pude meter en el visor la base del cuello y poco a poco fui apretando el gatillo hasta que el tiro me sorprendió. El ibex al recibir el impacto se desplomó y empezó a rodar ladera abajo hasta el corte de la ladera en la que nos encontrábamos nosotros. Alegria y a la vez incertidumbre por saber que habían hecho mis amigos. A los pocos minutos de ver el ibex rodar apareció un rebaño de 6 íbices a 400m, uno de ellos con una malformación en el cuerno izquierdo bastante bonito. Les vimos alejarse y trasponer. Cuando ya no teníamos íbices a la vista, vimos como uno de los guías bajaba con los por la pala donde habíamos bajado andando para así encontrarnos donde ibex muerto.
Poco a poco fuimos descolgándonos por nuestra vertiente para llegar al ibex, la verdad es que esta gente se mueve por unos sitios que dan vértigo. Al llegar a el, vimos que era un animal de unos 10 años, yo la verdad es que no me lo creía. El rececho, la paliza a andar hasta el punto donde le tiramos, el lance…todo había salido perfecto! Fotos para el recuerdo y por la emisora que llevaba el guía, Mariano me comenta que Yago también se había echo con el suyo …así que doble celebración al llegar al campamento, con un buen vino, queso y demás embutidos españoles.
14 de septiembre
Después de comer llego Mariano con el suyo, así que misión cumplida!! Ya nos habíamos hecho con los 3 íbices que veníamos buscando y lo más importante es que cada uno de nosotros lo había disfrutado de la mejor manera; con buenas palizas y buenos lances. Para celebrar rematamos las dos botellas de vino que nos quedaban y nos fumamos un buen puro cada uno. Decidimos adelantar el transfer a Bishkek para el día 16.
El cazador alemán sigue en el campamento después de haber cazado su ibex hace 4 días, le hemos propuesto hacer un campeonato de tiro al blanco.
15 de septiembre
Amanece con sol y sin viento, día perfecto para probar los rifles a larga distancia. Ni rastro del alemán que se había ido hacer una excursión por el lado contrario al que nos pusimos a tirar a 438m. El tikka con el leupold van de lujo.
Después de comer decidimos acercarnos hasta la piedra a la que tirábamos para ver los impactos. Más tarde hicimos una excursión y decidimos organizar nuestra bajada a Bishkek para el día siguiente
16 de septiembre
Había llovido por la noche y en las cotas más altas había nieve. Bonita estampa para despedirnos del campamento y la zona de caza antes de bajar a Bishkek.
Ya de vuelta tuvimos que parar dos veces por pinchazos.
17 de septiembre
Visitamos el Bazar de Osh al oeste de la ciudad, para llevar regalos a casa. Por el camino paramos a ver la Plaza Ala-Too e incluso nos metimos en el museo nacional de historia que está en la misma plaza, para aprender un poco más sobre este pequeño pero entrañable país.
18 de septiembre
Ultimo día antes de volar de vuelta a España. Visitamos una armería que me habían hablado de ella por la mañana, por la tarde tomamos algo antes de ir a cenar pronto para poder descansar antes del viaje al día siguiente.
19 de septiembre
Vuelos de vuelta a casa Bishkek - Estambul - Madrid
Galeria del informe